Tus manos no se cansan
de amasar el pan de la vida
y tus ojos calidos o se cansan de apreciar
el arte de amar.
Madre que palabra más perfecta
para mí y para ti,
si yo fuera un latido de tu corazón,
sería eterno
no profanaría jamas tu corazón
de mujer.
Madre tus manos santas
hoy tan lejanas,
el cielo que te, cubre me cubre
y mis ojos ven tus ojos
sobre mi pupilas dormidas.
Madre, sobre tus restos
depositaré mi vida
como se pone el sol al final del día,
pero mis versos
no tendrán vida
si no me das madre
tus manos y tu risa.
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